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La fertilización del girasol

El girasol cultivado en secano y en numerosos regadíos no necesita ser fertilizado para obtener su máxima productividad. La raíz pivotante del girasol hace que explore los perfiles profundos del suelo de donde extrae tanto el agua como los nutrientes necesarios para su desarrollo.

En la rotación estándar de cereal/girasol el abono se aplica en el cereal tanto en fondo (N,P,K) como en cobertera (N), la mayor parte es utilizado por el cultivo de cereal pero hay una parte importante de nutrientes que van a parar a capas profundas del suelo por lixiviación, donde la mayoría de los cultivos (cereales, leguminosas,…) no tienen acceso. La mineralización de la paja deja también algunos nutrientes en el suelo superficial para el siguiente cultivo (Fig. 1).

El girasol vive de estos nutrientes que ha dejado el cultivo de cereal del año anterior ya que  su raíz puede acceder a las capas profundas del suelo. De esta forma evita que estos nutrientes vayan a parar a los acuíferos, produciendo la contaminación por nitratos.

Tiene importancia el abonado superficial al principio, pero poca cantidad, ya que una vez se seque la capa de tierra superficial al entrar el verano, las raíces superficiales ya no funcionan y la planta pasa a depender de la pivotante accediendo a esos lixiviados de abono del cultivo anterior.

Por otra parte, los restos vegetales (las cañas) que deja el girasol en el suelo después de la cosecha aportan a la capa superficial del suelo, nutrientes para el siguiente cultivo. De esta forma aporta el 90% del potasio (K2O) utilizado, el 25% del Fósforo (P2O5) y el 34% del nitrógeno (N). Como ejemplo, para producir 1500 Kg/Ha de grano el girasol necesita 75 unidades de N, 28 uds. de P2O5 y 120 uds. de K2O que extrae de capas profundas del suelo y retornan por mineralización  a capas superficiales 22 uds. de N, 7 uds. de P2O5 y 108 uds. de K2O disponibles  para  el próximo cultivo de la rotación.

En los ensayos de abonado nitrogenado realizados por la AEG (Asociación Española de Girasol) en 2018 y 2019 en Andalucía, Castilla la Mancha y Castilla y León hemos observado que el girasol en condiciones de nivel óptimo y ligera deficiencia de nitrógeno en suelo no incrementa sus rendimientos con la aportación externa de este elemento. En campos con gran deficiencia de nitrógeno en el suelo superficial, la fertilización con este elemento (50 a 100 ud/Ha.)  si incrementa el rendimiento del cultivo. El contenido graso del girasol no se ve afectado por la fertilización con nitrógeno.

Actualmente, en el contexto de cambio climático y calentamiento global en la que estamos inmersos es muy importante conocer el nivel de emisión de gases de efecto invernadero de nuestros cultivos. El girasol debido a la baja o nula necesidad de aportar fertilizantes y productos fitosanitarios durante su desarrollo y la gran producción de biomasa que es capaz de generar, especialmente en su raíz, es el cultivo que presenta la menor  Huella de Carbono de todos los cultivos que están presentes en la rotación de nuestros secanos (cereales, leguminosas, colza).

AEG (Asociación Española de Girasol)

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