En 2025, se prevé una superficie de siembra de girasol en Andalucia muy similar al del año 2024, aunque es posible que como están viniendo las lluvias puedan en algunas zonas de provincias aumentar escasamente un 2 o 3%.
El agua, en general, está siendo bien recibida teniendo una incidencia positiva en los cultivos de Andalucía y es especialmente beneficiosa en la siembra del girasol, todo ello, pese a los casos puntuales donde las precipitaciones han provocado arrastres de tierra y dificultades de acceso a los campos.
Hasta la fecha la superficie sembrada de girasol representa escasamente un 20% debido a las lluvias persistentes y como consecuencia este retraso va a beneficiar a los ciclos cortos de madurez en detrimento de ciclo tardíos o semitardios. No obstante, si las lluvias dan tiempo al oreo de las tierras, las fechas de siembra en la segunda quincena de marzo y primeros de abril pueden augurar un buen desarrollo del cultivo.
La Asociación Española de Girasol, recomienda poner atención en los encharcamientos en aquellas zonas en donde si las lluvias se prolongan y el aumento de la temperatura no se produce, el riesgo de aparición de hongos puede malograr la siembra y contaminar al resto del cultivo.
En años lluviosos, la elección de variedades para la siembra por parte del agricultor, debe tener en cuenta la resistencia a las razas de mildiu y a herbicidas para de esta forma disminuir riesgos de ataque de hongos y malas hierbas.
